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miércoles, 12 de febrero de 2025

"I DO NOT WANT YOU"

El dolor y el placer son dos extremos del mismo lazo. Son la razón de la vida. De alguna manera, ambos siempre están presentes en nuestros momentos de mayor importancia. Muchos tendrán la anticuada opinión que el dolor representa la infelicidad. Quienes somos intimos a ambos sabemos que no es así, que son, simplemente, la respuesta de nuestro cuerpo cuando dudamos de estar vivos. La ausencia de dolor y placer, sentir nada, es la muerte del alma y, por consiguiente, del cuerpo. Nos convertimos en elementos inertes que caminan por la vida como autómatas. 

La Secretaria (Secretary, 2002) es una pelicula a la que en su día nunca presté atención. A veces tengo la fea costumbre de ver cine por el mero placer de contemplar a alguno de mis muchos flechazos cinematográficos, actores y actrices, y ni Maggie Gyllenhaal o James Spader están dentro de esa categoría. Por eso no ha sido hasta ahora que he descubierto esta maravillosa pelicula, por recomendación de... ¿un conocido? ¿colega? Nunca he tenido claro este tipo de categorización, ¿cómo denomimas al amigo de un amigo? Voy a quedarme con colega, parece más apropiado en esta ocasión ya que es alguién a quien admiro y me cae muy bien, con gustos cinematográficos solidos entre otros méritos.
Para ser sinceros, era tan escéptica que esperaba ver una versión cursi y anticuada de 50 sombras de Grey. A mitad de película, ya descubrí, no sin cierto asombro, cuán equivocada estaba. Y para cuando hubo acabado la cinta, mi corazón estaba henchido por un cúmulo de sensaciones y, curiosamente, ninguna de ellas era la excitación. A pesar de las escenas subidas de tono y la clara predilección de ambos protagonistas por las prácticas sadomasoquistas del sexo, fue en mi corazón en donde se clavó la pelicula, no en mi entrepierna. Me sentí conmovida, llena de ternura mezclada con melancolía. Hubo momentos en que suspiré y momentos en los que la emoción se apoderó de mí (sí, un par de lagrimas destellaron)

*A partir de esta línea, voy con spoilers de la película. OJO.*

Lee y Edward, son dos personas llenas de peculiaridades, que tienen la gran fortuna de encontrarse y darse la oportunidad que a pocos se nos presenta y que muchos menos aprovechamos: la posibilidad de ser libres para ser nosotros mismos, sin ningún atisbo de culpabilidad ni caer en la tentación de ceder ante las opiniones externas.
Lee es una joven compleja, que abandona una institución psiquiátrica al comenzar el metraje, con motivo de la boda de su hermana. El motivo por el cual está en ese lugar es que Lee tiende a hacerse cortes en las piernas y los brazos. Hasta que en un descuido, se daña demasiado (ella misma admite eso, ya que no lo entiende por tener tanta práctica)

Desde fuera, podemos comprobar que tiene motivos de sobra para auto mutilarse, una madre sobreprotectora (interpretada por mi queridísima Lesley Ann Warren), un padre alcohólico y una hermana aparentemente "perfecta y normal" (signifique lo que signifique eso) Pero Lee, o más bien Edward, nos explica la razón a nivel profundo. Esas heridas y su posterior proceso de recuperación son su manera de controlar la vida, de sentir que está viva. Por su parte, Edward es un hombre atormentado por sus deseos y sus preferencias, que rehuye a la gente, construyendo un muro infranqueable a su alrededor que muy pocas personas consiguen, o se atreven, a atravesar. Pero Lee no es cualquiera, él lo nota enseguida y se asusta, y más aún cuando Lee, con su ingenio y creatividad diferentes, consigue demostrarle el tandem de equilibrio que ambos forman. Edward, confundido y temeroso de si mismo y la situación, decide apartarla. Algo que la película nos deja claro es que no es lo habitual, ya que son las mujeres las que suelen alejarse, alarmadas o hastiadas, pero son ellas las que se marchan. 

Y la vida sigue, al menos así lo vemos con Lee, que intenta encontrar en otras ocupaciones lo que tenía con Edward. Sin exito, por supuesto. Cabe mencionar que durante todo lo anterior, Lee mantiene un noviazgo con un antiguo compañero de instituto, Peter. Su madre se lo sugiere, y los padres de él tambien se muestran encantados. La química entre ellos dos no da ni para ser amigos. La escena de sexo que tienen me hizo llorar. La cara de Lee, cuando él termina (totalmente satisfecho) y le pregunta si le ha hecho daño y ella simplemente contesta "no", se me clavó como una daga en medio del corazón. Pero ella acepta, porque quiere contentar a su familia y ¿"ser normal"?

Lee y Edward, tratan de continuar con sus vidas, cada uno a su manera. Lee como ya mencioné, mientras Edward vuelve a su rutina de orden obsesivo y ejercicio físico en pos de anular sus impulsos. Y en tal situción, Peter, el novio de Lee, se declara inesperademente y ella de nuevo responde con el más insípido de los sies. Aquí me derrumbe, lo admito. Cuando la vi con su vestido frente al espejo, su mirada perdida y su alma llena de nada, lloré porque pensé que había sido persuadida a conformarse con lo "normal y comodo", a morir en vida. Realmente pensé que la cinta acababa así, como una especie de reprimenda a ambos protagonistas, un castigo ejemplar por querer ser felices siendo diferentes. Quisé gritar: "¡No, Lee, no lo hagas, no caigas en la nada! Has conocido el placer, conoces el dolor, no aceptes tu muerte espiritual. Al menos, rechaza a Peter, se libre." Para mi más profundo gozo, lo hizo. Y corrió libre, hacia a un desconcertado Edward, que a pesar de tener la felicidad al alcance, decide rechazarla. O no. Sigo sin tener claro, si prentendía rechazarla o ponerla a prueba. Una prueba que a muchos les parecerá dura, pero a mi me conmovió ver como ambos la superaron.
Y tras el dolor, llegó el placer. O quizá ambos, quien sabe. 

Nunca deberiamos renunciar al dolor (ya sé, suena un poco sado, pero no me estoy refieriendo solo en un plano sexual, si no al contexto entero de la palabra y su concepto más amplio), porque es él quien nos avisa cuando nos llega el placer. Parece un pensamiento estupido, pero ¿lo es, realmente? Reflexionemos por un segundo nada más, ¿acaso no hemos sentido un periodo de gran placer justo después de pasar por una experiencia dolorosa?. Dolor y placer, son hermanos, esencia pura del ser humano. Nunca, jamás rehuyamos de ellos, de ninguno, y que ninguno nos abandone, nuestro cuerpo, nuestra mente, los necesita a ambos. Porque la alternativa, la maldita y triste alternativa, es la ausencia, la nada. Vivir sin vivir, vivir sin sentir. Morir en un cuerpo vivo que solo camina sin rumbo. No importa como sientas ese dolor o ese placer; solo o acompañado, pero no lo rehuyas, abrázalo porque es tu humanidad hablándote. 

Por supuesto, creo que no necesito añadir que recomiendo la película encarecidamente. Dicho esto, buena suerte, ya que como muchas de las cintas de primeros de los 2000, está descatalogada. Pero quien persigue, lo consigue.

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